Mi YO laboral post-pandémico

 
 

Una experiencia de un coworker en Estación San Miguel.

Por: Daniela Zalzman

Trabajo en publicidad. Estamos claros que la publicidad no es un oficio de primera necesidad y que la vida de la gente no depende de ella, pero aun así todo el primer año de la pandemia yo trabajé presencial, de 8 a 5 en un espacio cerrado, con 100 personas más y caminé durante todos los días por calles absolutamente vacías, para llegar a la oficina.

Como siempre, yo al revés. Pero no fueron pocos los aprendizajes.

 

Total, mi home office tardío, aunque bien recibido y aprovechado, me hizo darme cuenta (una vez más) de mi incapacidad para poner límites. “Ay ¿nos podemos conectar 5 minutitos? Yo sé que son las 9:30 pm pero el cliente me está intenseando…”; “¿Estás comiendo?, perdóname la junta improvisada, pero ya sabes cómo es esto…”; “te mandé un mail urgente, pero revísalo mañana…”  No podrán creerlo, pero extrañaba la oficina. Ese delicioso “¿qué crees? Ya no estoy en la ofi, pero mañana a primera hora lo reviso” con la luz del sol a pleno, era una maravilla que ahora, ni siquiera el trabajar en pijama podía compensar.

 

Y así nos quedamos… con el “perdóname la hora” en cada mensaje de whatsapp y con las fronteras de la oficina y de la casa desdibujados.

 

Ya un rato después de la pandemia y con la inminente vuelta a la oficina, me debato. Las lluvias de ideas presenciales, pero el día a día en la casa, mezcla 3-2 para presenciales y home office, intercalados, todos juntos, el viernes nunca presencial.

 

¿Hasta dónde es home y hasta dónde es office?

 

“Entra Estación San Miguel al rescate”

 

Sentir que estoy trabajando en casa, en un jardín hermoso con los pajaritos cantando, con amigos alrededor y sin pedir excusas por la mala conexión, fue un cambio radical. La clase de yoga para iniciar el día, el masaje de 15 min a mitad de semana y las uñas que me puedo hacer mientras hay junta de status, es la rutina perfecta. Tener a mi nutrióloga a la mano (y con terapia tántrica además) pues qué les digo. Se le quitó ese peso empresarial a mi casa y aun cuando hay jornadas de trabajo intensas, se sienten ligeras y diferentes nada más por el cambio de escenario.

 

Definitivamente una de las mejores inversiones post-pandemia y un secreto bien guardado de la San Miguel Chapultepec que quiero compartir y gritar a los 4 vientos.

 

Daniela Zalzman 👁️‍🗨️

Mercadóloga y publicista

Coworker de Estación San Miguel

 
 
 
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